La transformación debe nacer de la dirección y contagiarse en todos los departamentos de la empresa
Al final estamos hablando de una decisión estratégica que se ha de tomar en el puente de mando. Es vital que el compromiso para la transformación digital sea fuerte y este arraigado en la dirección de la empresa, ya que va a ser costoso (no hablo sólo de términos económicos), e irremediablemente va a influir (o por lo menos debería) en el modelo de negocio. Esto último es primordial tenerlo en cuenta, ya que aunque el entorno digital no ha creado nuevas necesidades entre los usuarios, sí que ha generado nuevas formas de satisfacerlos, tal y como nos ha enseñado la economía colaborativa. La importancia de una dirección convencida es por lo tanto primordial pero no lo es menos la necesidad de trasladar esta decisión a cada uno de los miembros de la organización, para que ésta funcione como una maquina bien engrasada.
La multicanalidad debería ser el primer paso hacia la omnicanalidad
En un primer momento, las empresas que se incorporaban en el entorno digital establecieron estrategias de multicanalidad para la relación con sus clientes. En palabras sencillas establecían un canal digital de relación con sus clientes que era estanco respecto al canal ofline. Sin embargo, ya hace unos años se empezó hablar de la omnicanalidad, una estrategia que pretende interrelacionar los dos canales. Este salto debería ser casi obligatorio, ya que cada vez es más claro que el usuario es omnicanal. El auge del entorno online, propiciado en estos últimos años por los dispositivos móviles, ha cambiado nuestros procesos de compra, lo que hace que cada vez estemos más acostumbrados a viajar del entorno online al offline antes de tomar la decisión final de compra.
Las estrategias de marketing tradicional ya no son suficientes
En el entorno que estoy describiendo el marketing tradicional sufre una serie de carencias que las estrategias de marketing digital intentan suplir, para a veces conseguirlo de forma satisfactoria. Como ya he comentado antes, cada vez más empresas se dan cuenta de la necesidad de interactuar continuamente con sus clientes y esta interacción, debido a las características del entorno online, no puede realizarse únicamente desde el enfoque de la publicidad tradicional. La inmediatez de la interacción tiene cada vez más peso, y la entrada de lleno de las empresas en las redes sociales es un buen ejemplo de esto. Sin embargo, una buena estrategia de marketing digital no consiste en estar en todos los lugares a la vez sin tener nada que aportar, sino que debemos valorar dónde estamos, qué podemos aportar, y sobretodo cuál es el valor diferencial que queremos y podemos ofrecer.
La tecnología puede ser tu amiga, si quieres
Como ya adelantaba al principio del post, la tecnología es la herramienta indispensable a la hora de la transformación digital, sin embargo, aunque muchos procesos podamos automatizarlos, hay que tener en cuenta que lo más importante es tener un equipo motivado que esté dispuesto a cambiar los procesos y que, valga la redundancia, se transforme digitalmente. En este sentido, las soluciones de movilidad están destapándose como una de las grandes tecnologías proveedora de beneficios para las empresas. El uso de dispositivos móviles en el ámbito laboral está en alza y no deberíamos darnos el lujo de desechar todo lo que puede ofrecernos. Por otro lado, los software de gestión empresarial, como los ERP, van a ser nuestro gran aliado a la hora de automatizar y digitalizar procesos. Saber elegir qué software se adapta mejor a nuestras necesidades va ayudarnos a que nuestra estrategia de digitalización fracase o por el contrario sea un éxito.
Sinceramente no creo que exista el manual definitivo de la transformación digital, y puede que los aspectos mencionados en este post se queden cortos, según en qué situación estemos hablado, sin embargo estoy seguro de la importancia de los cuatro aspectos mencionados. En resumen, la transformación digital va a necesitar un cambio de la filosofía o cultura corporativa en la que la dirección esté continuamente presente ya que el cambio de procesos va a afectar de forma estratégica a la empresa. Por otro lado, no podemos seguir viendo a nuestro cliente como un sujeto pasivo que espera a que le lleguen estímulos publicitarios, sino que debemos hablar con él y generarle una confianza y seguridad que solo las relaciones estables pueden generar. En este sentido tampoco podemos tratar de diferente manera al cliente que nos toque la puerta de nuestra oficina que al que nos encuentre en Google, ya que podemos encontrarnos con que sea la misma persona. Y por último la tecnología va a ser el vehículo necesario, aunque no el elemento principal, pues no me cansaré de decir que esto va de personas, para que nuestra Transformación digital sea un éxito.